Hoy quiero compartir un ejercicio práctico para aumentar tu autoestima. Pero antes, hablemos un poco sobre este concepto.
En la consulta he podido trabajar con personas que aparentemente no tenían ningún problema de autoestima, y al profundizar un poco, hemos podido ver como realmente detrás de su malestar estaba la falta de autoestima.
Pero, ¿qué es la autoestima y qué importancia tiene realmente?
Podemos definir de manera muy muy resumida a la autoestima como la actitud de quererse y respetarse a uno mismo.
Dentro de este “quererse y respetarse” entran en juego muchos otros conceptos, casi todos relacionados con el auto, como el autoconcepto, el autoconocimiento, la autoaceptación o el autoanálisis.
Todos estos “autos” tienen algo en común, y es el lenguaje interno. Y es que cuando hablamos de autoestima, todo comienza en el interior y en la forma en la que nos hablamos y en cómo nos tratamos.
Cuando la autoestima está baja, tenemos la tendencia de hablarnos de forma destructiva, con mensajes negativos que van desgastándonos poco a poco.
Sin embargo, cuando nuestra autoestima está sana, nuestro lenguaje interior es mucho más sereno y realista, sabiendo diferenciar cuando es una crítica constructiva y cuando es destructiva y es mejor desecharla.
Igualmente puede que dudes de si tu nivel de autoestima es saludable, o si es algo en lo que deberías trabajar.
Por eso, a continuación te doy unas cuantas pistas para saber si tienes buena autoestima y comparto un ejercicio práctico para fortalecerla.
¿Cómo puedes saber si tienes buena autoestima?
A veces pensamos en autoestima y automáticamente pensamos que tiene que ver con la imagen corporal y el amor propio, aunque este concepto va mucho más allá.
De hecho, es posible que no te guste tu imagen corporal, y aun así tengas una autoestima sana.
Algunas características de las personas con buena autoestima son:
- Alguien con buena autoestima no se considera ni inferior ni superior, por lo que no tiene necesidad de estar compitiendo porque sabe el lugar que ocupa.
- Defiende sus ideas y confía en su propio criterio, incluso cuando es cuestionado o se equivoca (y lo reconoce).
- También está dispuesto a pedir ayuda cuando lo necesite, y es capaz de respetar las opiniones de otras personas.
Por el contrario, alguien con baja autoestima:
- Es indeciso, no permite errores y es muy autocrítico. De hecho, esto hace que tenga continuos sentimientos de culpa.
- Es muy sensible a la crítica, y se siente fácilmente atacado.
- Destaca por tener un alto grado de perfeccionismo o autoexigencia, a la vez que una excesiva necesidad de complacer.
La autoestima no es un concepto rígido que podamos “tener o no tener”: varía a lo largo de toda nuestra vida y puede variar según las circunstancias.
Es absolutamente normal tener variaciones en cómo nos percibimos a nosotros mismos. El problema es cuando estas variaciones se vuelven tan pronunciadas que nos causan sufrimiento, nos vuelven negativos o nos bloquean.
Así que sí, podemos afirmar que la autoestima es uno de los pilares de nuestra vida, y es la llave que nos permite sentirnos bien o hacernos sentir que no somos capaces o que no valemos nada.
De hecho, una de las consecuencias de tener una baja autoestima que me encuentro con más frecuencia en consulta es la presencia de sentimientos negativos constantes, reflejados en: ansiedad, culpabilidad neurótica, reacciones exageradas, hiper perfeccionismo, indecisión crónica, autodestrucción…
Como ves, es algo serio, que si no trabajas puede desembocar en problemas que limiten tu vida y tu bienestar.
Si has detectado que tienes la autoestima baja o quieres mejorarla, te invito a practicar el siguiente ejercicio. Y por supuesto, si sientes que no puedes hacerlo solo o que es un problema que te está desbordando, no dudes en pedir ayuda profesional.
Ejercicio práctico para aumentar la autoestima
Para este ejercicio, vamos a reservar varios días y una libreta o aplicación de notas en tu móvil.
Vamos a hacer tres listados: uno con todas las fortalezas que consideras que tienes, otro con los elogios que te han dicho a lo largo de tu vida, y otro con todas esas cosas que te hacen sentir orgullo de ti.
La idea es que vayas alimentando esos tres listados durante varios días, y que cada vez que te acuerdes de alguno, lo apuntes.
Algunos ejemplos:
Mis fortalezas:
- Me considero una persona curiosa y aprendo fácilmente.
- Tengo sentido del humor.
- Soy una persona con mucha creatividad.
- Tengo disciplina.
Los elogios:
- Sabes escuchar muy bien.
- Eres muy gracioso.
- Me gusta tu sonrisa.
Las cosas que te hacen sentir orgullo:
- Cuando te sacaste el carnet.
- Haber aprobado aquel examen.
- La forma en la que apoyaste a ese amigo.
Lo recomendable es que le dediques el tiempo suficiente a elaborar tus listas, y que incluso las puedas ir haciendo crecer con el paso de las semanas.
Una vez hecho los listados de base (con que tengas unos 3 o 4 elementos por cada tipo puedes seguir avanzando), párate en cada elemento y puntúa del 1 al 10, siendo 1 no me lo creo nada y 10 me lo creo completamente.
De los que has puntuado más bajito, piensa en qué ocurriría si te los creyeras al 100%, en qué cosas cambiarían de tu vida y qué actitudes tuyas serían diferentes.
Puedes anotarlo en tu libreta, y visualizar cómo sería tu realidad si esto pasara.
La idea es que tengas muy presente este listado en tu vida cotidiana, y para ello, te recomiendo hablarte en el espejo.
Puedes mirarte cada día en el espejo y reconocer todo lo que has trabajado en tus tres listas, recordarte todos esos conceptos y decirte un halago o algo positivo, del tipo:
- Soy bueno haciendo X cosa, y eso es admirable.
- Doy gracias por tener X cualidad o habilidad.
- Hoy voy a hacer X por mi, porque soy merecedor de ello.
El objetivo de este ejercicio es que comiences a cambiar la conversación interna y se convierta en algo mucho más amable y enriquecedora.
Para aumentar y fortalecer la autoestima, es importante pasar a la acción. Recuerda que siempre podemos aprender enfoques diferentes para vivir nuestra vida, y que si necesitas ayuda para hacerlo, puedes contar conmigo.
Espero que este ejercicio te resulte interesante y que te animes a practicarlo. Y si es así, cuéntame qué tal te ha resultado 🙂
Deja una respuesta