Perder la dignidad tras un proceso de ruptura o separación es algo que puede pasar. Es una sensación amarga, que nos llena de tristeza y desesperanza, y que puede ser peligrosa si no sabemos gestionarla.
De hecho con las rupturas pasa algo curioso, y es que estamos acostumbrados a vivir a toda velocidad e instalarnos en ese ritmo frenético, pero cuando pasamos por un momento así todo se ralentiza.
De pronto nos desconectamos con el presente para observar una y otra vez el pasado, como si se pudiera volver atrás y cambiar las cosas que pasaron.
En mitad de este escenario, y aunque no lo parezca, la dignidad es un hilo frágil que se puede romper en cualquier momento, llegando a ser capaz de hacernos sentir que no somos merecedores de cosas buenas.
Cuando perdemos la dignidad, perdemos también nuestra capacidad de relacionarnos horizontalmente y pasamos a relacionarnos de forma vertical, sintiendo que nuestra valía es menor que la de la persona que está enfrente.
Por eso, hoy quiero mostrarte cómo puedes detectar si estás perdiendo la dignidad y qué puedes hacer para recuperarla.
¿Cómo saber si he perdido la dignidad tras mi ruptura?
La dignidad, según la RAE, es esa cualidad del que se hace valer como persona con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás, y no deja que lo humillen o degraden.
En ocasiones, puede resultar complicado saber si estamos perdiendo la dignidad o no. De hecho, podemos confundir dignidad y ego.
El ego es ese sentimiento de superioridad, dañino e intolerante, que nada tiene que ver con la dignidad, que es una habilidad que nos permite comportarnos de forma justa y equilibrada tanto para nosotros como para los demás.
Para saber si has perdido la dignidad, puedes empezar haciéndote algunas preguntas:
- Desde la ruptura, ¿sientes malestar al hablar con otras personas?
- ¿Sientes que te intentan atacar u ofender constantemente?
- ¿Te da la sensación de que le quitan valor a todo lo que haces?
- ¿Te sientes inferior que el resto? ¿Sientes que cualquier persona es mejor que tú?
Si estas preguntas resuenan contigo, es posible que te hayas dejado arrastrar hasta perder la dignidad.
La buena noticia es que puedes empezar a trabajar en ello, fortaleciendo tu autoestima y volviendo a conectar contigo y con tu valía.
Cómo recuperar la dignidad tras la separación
Pasa página
Tras los acontecimientos dolorosos de nuestra vida, como las separaciones, es inevitable sentir emociones como tristeza, miedo o frustración.
Lo importante en este caso es aprender a tolerarlas, aceptarlas y ser consciente que cada vez irán perdiendo más intensidad. También puede venirte bien aliviar esos sentimientos a través del ejercicio físico o expresarlos por escrito, pintando o hablando de ellos.
Así que el primer consejo que quiero darte es precisamente este: centrarte en pasar página.
Y para ello, es útil rodearse de gente que te quiera y también abrirte a conocer gente nueva. También empezar a priorizar tu bienestar, alimentándote mejor que nunca, moviéndote cada día, tratando de descansar y concediéndote caprichos que habitualmente no te concedes (por ejemplo, ir a darte un masaje).
Aprende de lo que ha ocurrido
El segundo consejo que quiero darte es que trates de ser consciente de la situacion y aprendas de ella.
Más allá de reflexionar sobre lo que te ha pasado, trata de aprender de ello, siendo consciente de los cambios internos que estás experimentando y buscando nuevas formas de hacer las cosas.
Si sientes que has perdido la dignidad, una buena idea puede ser escribir una lista con todo aquello que te mereces y que te han pasado por alto, como por ejemplo:
- Te mereces respeto. ¿Te has sentido respetado?
- Te mereces decir lo que piensas. ¿Te han dejado expresarte?
- Te mereces decir que NO. ¿Cuántas veces has dicho que sí cuando querías decir que no?
Dedícate un rato a hacer esta lista y sé consciente de cómo llegar a este punto en tu vida no está siento más que un nuevo punto de partida.
Gestiona la autocrítica
El crítico interno se desenvuelve a la perfección en escenarios de rupturas y separaciones. De hecho, es uno de sus favoritos.
La autocrítica tiene como objetivo ayudarnos a ser mejores, pero se puede convertir en un gran enemigo cuando utiliza la autoexigencia, el miedo, la culpa y la desvalorización.
Así que una buena idea es aprender a tener un diálogo interior sin juicios, entrenándote para reconducir lo que te dice el crítico interno en una dirección más proactiva.
Por ejemplo, cada vez que te repita que “todo lo que haces lo haces mal” puedes decirle que “tienes derecho a equivocarte y no por ello te mereces que te traten mal”.
Poco a poco todos estos pensamientos negativos irán sustituyéndose por otros más positivos.
Y es que recuerda: nadie tiene justificación para tratarte mal. Todo el mundo puede equivocarse, y de hecho todos tenemos derecho, y también tenemos el derecho de aprender y cambiar.
Si sientes que has perdido la dignidad tras la separación, comienza a alejarte de esas personas que te denigran y te hacen sentir que estás por debajo de los demás.
Recuerda que si estás pasando por una ruptura y quieres un apoyo para poder salir adelante, puedes contar conmigo.