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Alhambra Psicólogos | Cristina Martínez

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Pareja

SOS: Mi pareja tiene hijos, ¿y ahora qué?

marzo 3, 2022 by Cristina Martinez Deja un comentario

Has conocido a una pareja ideal, con la que conectas y fluyes, y con la que te planteas compartir tu vida pero… Tiene un “pero”: tiene hijos. 

“¿Y ahora qué?”, te preguntas. “¿Es mejor dejarlo aquí, o me complico la vida con esta situación?”. 

Puede que tu primera reacción sea de vértigo. Esos hijos lo cambian todo, y cambiarán el transcurso de vuestra relación si decides seguir hacia delante. 

Una relación con hijos no comunes es diferente. Aunque lo cierto es que se da con cada vez más frecuencia, no hay una respuesta única para saber si saldrá bien o mal. 

Para que puedas tomar la mejor decisión, en este artículo voy a tratar de compartir contigo mi visión como psicóloga sobre este asunto. 

Vamos allá. 

¿Son los hijos un problema? 

Depende, como diría la canción: “todo depende”. 

Depende de la situación concreta, y de lo que tú consideres como un problema. 

Por ejemplo, dependerá de si te gustan los niños/as, o de si tus planes incluían tener hijos. 

Es respetable que quieras vivir la vida sin esa responsabilidad, y si este es tu caso, puede que te convenga valorar seriamente si seguir adelante con la relación. 

También puede pasar que tú quieras tener hijos y que los niños te encanten, pero que tu pareja como ya tiene, no quiera tener más. Muchas veces ocurre que aceptamos esto pensando que más adelante cambiará, aunque por lo general no pasa. 

El tema de tener hijos es algo que debes hablar desde el principio y no seguir adelante en una relación con una persona que ya tiene hijos en la que un tema tan importante no está aclarado. Ojo, no hablamos de tenerlos ya mismo, pero sí de estar dispuestos a hacerlo en un futuro próximo, o no. 

Otro tema importante a poner sobre la mesa es la edad de los hijos no comunes, y si tu pareja es el cuidador principal de ellos. 

Con las custodias compartidas o los regímenes de visitas, hay veces que los progenitores comparten con sus hijos fines de semanas alternos, por ejemplo, o 3 tardes a la semana. Esto no es lo mismo que si el menor convive con el progenitor todos los días de la semana, con lo que eso implica: llevarle al colegio, actividades extraescolares, rutinas de noche… 

Tampoco es lo mismo si son adolescentes autónomos, que si se trata de pequeños de 3 o 4 años que nos necesitan para todo. 

Sea como sea, ten presente la posibilidad de que aunque no tiene por qué pasar, es posible que en vuestra pareja surjan problemas por esos hijos no comunes, especialmente en la convivencia.  

Al final, para un padre o madre sus hijos son su prioridad, y pueden darse choques en este sentido. Por ejemplo, cuando el niño/a resulta insoportable, o cuando está influenciado por el o la ex.

Ojo, porque aunque te he puesto en lo peor, la cosa también puede salir bien. 

Si después de valorar todas las dificultades que podrían surgir decides seguir adelante, a continuación comparto contigo algunas pautas que pueden servirte para que todo funcione mucho mejor para todos. 

Qué hacer si mi pareja tiene hijos 

Lo primero de todo es asumir tu rol que no, no es de padre/madre. 

En todo caso, y siempre que tú quieras y que llegues a un acuerdo con tu pareja, puedes compartir ciertas responsabilidades o apoyar en determinados asuntos, pero nunca representando un papel que no te aplica. 

Lo mejor es que hables desde el primer momento del rol que vas asumir con el menor y ponerte de acuerdo con tu pareja. Eso sentará las bases de esta relación. 

Por ejemplo, si inicias una convivencia, puede ser necesario tener en cuenta tus límites/normas. Siéntate con tu pareja, sin el menor delante, y llegad a acuerdos entre vosotros para luego poder comunicarlo de forma unánime. 

Conozco algunos casos en los que querer ,o tener, que ocupar un determinado rol a la fuerza o no hablar sobre ello al final termina en discusiones e incluso en rupturas. Seguro que te resulta familiar la frase de: “tú calla que no eres mi padre” o “mi madre me deja hacerlo así, tú no puedes prohibirme”. 

La comunicación en pareja lo es todo, porque será el antídoto contra este tipo de situaciones más complicadas. 

Otro factor a tener en cuenta es que la relación entre el hijo/a de tu pareja y tú será una de las relaciones más especiales que construirás. 

Es por lo general una relación intensa y que requiere tiempo,aunque cuanto más pequeño sea el niño más fácil será la adaptación. En la convivencia los roces siempre pueden surgir y pasar del “amor al odio” en un minuto. 

Al final es comprensible: se trata de niños que pasan por momentos delicados, que han visto como su familia se rompía en dos y ahora tienen que compartir con mamá por un lado, y con papá por otro. 

En este sentido, tú como adulto debes empatizar todo lo que puedas con el menor, eso sí, jamás sin sobrepasar tu límite. 

Y sobre todo, comunicándote mucho y bien con tu pareja. 

Hablando de esto, la última pauta que me gustaría compartir contigo es la de tratar de tener espacios de pareja siempre. 

Si la custodia es compartida será mucho más sencillo, pero si no, hay sí o sí que buscar esos espacios para fortalecer la relación. Si en unos padres “convencionales” esto es importante, en el vuestro podríamos decir que más todavía. 

Espero que estas pautas te sirvan para embarcarte en esta etapa que tanto te puede aportar y que todo salga bien. 

Y si las cosas se complican, recuerda que puedo ayudaros a lidiar con esta situación en consulta. Infórmate sobre la terapia en pareja. 

Cuéntame, ¿qué es lo más complicado para ti de tener una pareja con hijos? 

Publicado en: Pareja

Cómo negociar en pareja

diciembre 2, 2021 by Cristina Martinez Deja un comentario

Negociar en pareja es una habilidad que puede salvar tu relación. 

Y es que las diferencias que irán surgiendo a lo largo del tiempo son inevitables, pero sí podemos evitar las consecuencias de no saber gestionarlas de forma correcta. 

De hecho, podríamos afirmar que si quieres que tu relación funcione, necesitas aprender a negociar y llegar a consensos. 

Uno de los temas que más se suelen repetir en terapia de pareja es el de relaciones que se estancan en el punto de “no pienso ceder” o en el “digo sí a todo por no discutir”, haciendo que se refleje en frustración y en problemas que pueden incluso terminar en una ruptura. 

Hay una pésima estrategia que es la de negar los conflictos. Dejar pasar las cosas, ceder por sistema o no expresar que estás en desacuerdo con algo es una actividad de alto riesgo. 

Aprender a negociar es fundamental, y por eso hoy quiero compartirte algunas claves para que lo consigas. 

Aspectos a considerar en la negociación en pareja  

Antes de ver las claves, hay algunos temas que son importantes a la hora de sentarnos a negociar con nuestra pareja. 

1 – Prepara el ambiente: si hay un desacuerdo entre vosotros, lo primero es buscar un momento adecuado para hablar en el que tengáis tiempo, podáis estar sin interrupciones y en un ambiente tranquilo. 

2 – Enfócate en definir un objetivo: puede que pienses que tu objetivo principal sea el de lograr salirte con la tuya, pero por muy importante que sea el tema para ti, el objetivo debería ser no dañar la relación. Tenlo presente durante la negociación. 

3 – Empatiza, confía, pero pon límites: existen muchísimos puntos de vista y seguramente haya varias alternativas a lo que estás negociando. Eso sí, aquí nadie pierde ni gana, ganamos ambos. Por eso, si piensas que el proceso está siendo injusto, no te calles. 

Este punto es muy importante, ya que tu pareja es tu equipo. Y en un equipo o ganamos todos, o perdemos todos. Si en el acuerdo al que se llegue hay alguien que sale perjudicado, lo más probable es que vuelva a aparecer un conflicto. 

4 – Mantén la mente en la diferencia y en su solución. Se trata de solucionar una diferencia, no se trata de echarnos cosas en cara ni de sacar temas que no vienen a cuento. Para que la negociación vaya bien, no perdáis de vista lo que os ha traído hasta aquí. 

Cómo aprender a negociar en pareja 

Una vez vistos los aspectos que te ayudarán a desarrollar esta habilidad, vamos a ver qué pasos seguir a la hora de tener éxito en tus negociaciones.

1 – Pon todas las cartas sobre la mesa 

Para que la negociación fluya, necesitarás total transparencia. Nada de guardarse ases bajo la manga ni de ocultar nada. 

Pregúntate: ¿qué quiero conseguir? ¿En qué puedo ceder, y en qué no? ¿Qué es lo más importante para mi pareja? Esto te ayudará a verlo todo más claro en tu mente para así poder expresarlo. 

Por ejemplo: Me gustaría que también pasáramos las navidades con mi familia [lo que quiero conseguir]. No me importa si es Nochebuena o el día de Navidad [puedo ceder en esto], pero sí que quiero que vengas conmigo [en esto no puedo ceder]. Sé que a ti no te caen muy bien, pero quiero poder disfrutar de ti y de ellos a la vez. 

2 – Expresa lo que sientes sin tapujos 

Si quieres que tu pareja empatice contigo, no valen los “porque así debería ser” o “porque sí”. 

¿Por qué es tan importante para ti? ¿Qué esperas de tu pareja? ¿Cómo te hace sentir este problema? 

Por ejemplo: Después de todo lo que hemos vivido, compartir estos días con ellos es muy importante para mí. Me gustaría que vinieras conmigo y que te trataras de integrar, al menos un día tan especial como este. 

3 – Entiende a tu pareja 

Tu objetivo es entender lo que le pasa a tu pareja, por lo que a veces necesitarás respirar hondo y poner una barrera entre lo que dice tu pareja y tu primera reacción automática antes de atacar y jugar al ping pong. 

Mantenerte con la mente abierta y flexible te puede ayudar mucho en este punto, que sin duda es una de las claves del éxito. 

4 – Céntrate en lo que os une (y no en lo que os separa)

Llegados a este punto, seguramente te hayas dado cuenta de que tu pareja también tiene argumentos que sostienen su punto de vista tan válidos como los tuyos. 

De hecho, puede que hasta estés de acuerdo con algunos. 

Lo ideal sería que llegados a este punto, os centréis en lo que tenéis en común, que es un muy buen punto de partida. 

Siguiendo con el ejemplo de los días de navidad con la familia política, puede que descubras que tu pareja quiere pasar un día como éste contigo y a solas, y eso te apetezca a ti también. 

5 – Encontrad una solución para los dos 

El último paso consiste en llegar a una decisión conjunta en la que los dos habéis ganado. 

Y ojo, porque a veces se gana con objetivos que no se te habían ocurrido, y aunque tengas que renunciar a lo que tú querías inicialmente, sientes que es una solución satisfactoria. 

La creatividad es una buena aliada para la negociación. 

Podéis, en el ejemplo que hemos visto en el artículo, ir a comer a casa de la familia política, y después del café ir al cine o a dar una vuelta para ver las luces de la ciudad. 

Es sin duda una solución win-win, ¿no crees?

Si a pesar de intentarlo todo no conseguís llegar a un punto intermedio, tal vez sea un buen momento para que os planteéis venir a terapia. En consulta podemos ver qué es lo que hay detrás de las diferencias para encontrar la mejor solución. 

Cuéntame, ¿qué estrategia sigues para negociar en pareja? Te leo. 

Publicado en: Pareja

Crisis de pareja: ¿qué es realmente y cómo identificarla?

enero 5, 2021 by Cristina Martinez 4 comentarios

Mucho hemos oído hablar sobre las crisis de pareja pero, ¿sabes qué es realmente y cómo identificarla? 

Porque a veces pensamos que las discusiones de pareja son un indicativo de estar pasando una crisis, cuando no tiene nada que ver. 

Una crisis va más allá de la discusión, se trata del debilitamiento progresivo del vínculo que os une, de sentir soledad a pesar de estar con esa persona y de sentir que el diálogo no va a arreglar nada. 

Pero claro, las señales a veces no son tan evidentes. 

Es por eso que aprender a reconocer los indicadores que reflejan una crisis de pareja puede ayudaros a afrontar esta situación. 

¿Estamos pasando por una crisis de pareja? 

El amor es un sentimiento que nos hace sentir vivos. Se basa en el afecto hacia otra persona, y se sostiene gracias al respeto y a la confianza. 

Parece simple, pero es mucho más complejo y contradictorio. Desde el punto de vista psicológico, el amor nace de la necesidad de vincularnos, de sentirse querido y correspondido, de la atracción sexual cuando hablamos del amor de pareja y de la necesidad de seguridad, de apego y de estabilidad. 

Es, básicamente, construir un “nosotros” en el que deseemos no sólo nuestra propia felicidad, sino también la del otro. 

Sin embargo, en el amor de una relación de pareja también tienen gran importancia otros factores, por ejemplo como sentir que esa relación te compensa, es decir, lo que das y lo que recibes está en equilibrio. 

Este es precisamente el comienzo de muchas crisis de pareja, pero hay muchas más. Aquí tienes los principales indicadores. 

1 – Falta de comunicación 

El diálogo es el oxígeno de cualquier relación. Cuando la costumbre de no hablar mucho entre vosotros, de no expresar emociones o pensamientos, o directamente no hablar con tu pareja porque piensas que no te va a entender, automáticamente se activan una serie de mecanismos que son detonantes de las crisis:

  • Nos hacemos más sensibles a los mensajes negativos. 
  • Empezamos a suponer y sacamos conclusiones que poco o nada tienen que ver con la realidad. 
  • Estamos más a la defensiva con lo que el otro nos dice.
  • Dejamos de escuchar y empezamos a estar pendientes de lo que vamos a decir.

La falta de comunicación comienza a deteriorar la relación, que se llena de orgullo y resentimiento por los conflictos pendientes por resolver. 

2 – Falta de intimidad 

Además de la falta de comunicación, el estrés, los hijos, los compromisos y el paso del tiempo hacen que la intimidad en la pareja brille por su ausencia. 

Y no, no solo me refiero a la falta de sexo. La intimidad empieza en el momento en el que os dais permiso para pasar tiempo de calidad en pareja. 

Conocer qué es lo que pasa por la cabeza al otro, qué tal se siente, compartir ese espacio común en pareja, es muy importante. 

También el tiempo para divertirse, hacer actividades con las que disfrutéis los dos y que os aleje de la rutina y el aburrimiento. 

Ten en cuenta que en este aspecto el sexo es importante, pero más allá de las relaciones sexuales, es importante fomentar esos momentos de conexión, de intimidad y de erotismo que ayuden a que vuestro vínculo se fortalezca.

3 – Expectativas y evoluciones diferentes

El proyecto en pareja es importante, y si vuestros ritmos y necesidades son diferentes, probablemente los problemas comiencen a aparecer. 

Las expectativas en una relación son naturales, todos y todas esperamos que nuestra pareja nos aporte lo que queremos para nuestra vida, pero muchas veces las expectativas son irreales y desembocan en frustración, discusiones en torno a lo que se espera del otro, por los hijos o las familias políticas, por el dinero…

Además, este tipo de expectativas pueden provocar que la pareja se vea obligada a cambiar para poder satisfacer, incluso cuando realmente no quiera hacerlo o no haya motivos reales y eso , tarde o temprano, deteriora la relación.

En este sentido, la negociación es la clave. Cuando somos capaces de diferenciar lo que creemos necesitar de lo que realmente necesitamos (es decir, aquellos aspectos que son innegociables) podemos llegar a un punto de inflexión realista desde el que partir.  

4 – Desconfianza

Por último, llegamos a uno de los puntos más relevantes dentro de una crisis de pareja, y es la desconfianza. 

La confianza, al igual que la desconfianza, se aprende y en muchas ocasiones lo aprendemos de experiencias pasadas y también de tus propias vivencias en tu actual relación de pareja.

A veces ocurren hechos como una infidelidad que sin duda pondrá  a prueba vuestra relación, pues cuando esto ocurre, se quiebra gran parte de la confianza entregada al otro y de los compromisos que hayas establecido en tu relación.

En función de tus expectativas, del tipo de relación que tengas y de tu forma de vincularte, dependerá en gran medida si podéis o no superar una infidelidad.

También tienen mucho que ver aquí problemas de inseguridad y de autoestima, dependencia emocional, miedo al abandono o actitudes que son dañinas como mentir, faltar a promesas o irresponsabilidad. 

Sea como sea, si la desconfianza se instala en vuestra relación, es importante trabajar en ella para que no acabe con vuestra historia. 

¿Qué hacer si estamos pasando por una crisis de pareja? 

Que estés aquí leyendo estas líneas ya es un buen primer paso. Si has detectado que probablemente estéis pasando por una crisis de pareja, todavía hay mucho que podéis hacer para salir de ella. 

Hay muchas personas que se quieren pero que no saben gestionar bien ese amor, no saben como canalizarlo para que sea una fuente de bienestar. 

Es normal, nadie nos ha enseñado, y a veces se nos olvida que una relación es una elección y que vincularse o desvincularse desde el corazón requiere gran apertura hacia el amor y el dolor. 

Así que si es vuestra elección estar juntos, os invito a hablar con calma sobre lo que estáis viviendo, y a proponer soluciones para volver a estar bien. Tal vez la terapia de pareja puede ser una buena opción. 

Recuerda que una crisis es una oportunidad, y esta puede ser la llave para fortalecer vuestro vínculo y ser felices juntos.

Publicado en: Pareja

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